jueves, 15 de noviembre de 2007

WALTER BENJAMIN: Una historia que no es del progreso

LA MIRADA DEL ÁNGEL
(En torno al concepto de las Tesis sobre la historia de Walter Benjamín)
Bolívar Echeverría (compilador)


Por: Andrés Sefla
Asignatura: Historia Contemporánea.

Bolívar Echeverría en el capítulo “El ángel de la historia y el materialismo histórico” muestra la tenacidad de los postulados teóricos de Walter Benjamín que giran alrededor de una construcción epistemológica que hable sobre lo que es la historia, sobre esa tarea incesante que nos narra el pasado como una condición de nuestro presente.

La mirada del ángel es fundamental a razón de que es al rededor de esta riquísima metáfora en donde se crean las Tesis sobre el concepto de historia, sin embargo, no se debe dejar de lado ni tampoco olvidar la influencia marxista existente en cada una de las palabras de Benjamín. La obra "Angelus novus" de Paul Klee es el referente del cual parte el concepto de historia del cual nos habla Benjamín:

“[…] Se ve en él un ángel, al parecer en el momento de alejarse de algo sobre la cual clava la mirada. Tiene los ojos desorbitados, la boca abierta y las alas tendidas. El ángel de la historia debe tener ese aspecto. Su rostro está vuelto hacia el pasado. En lo que nosotros aparece como una cadena de acontecimientos, él ve una catástrofe única, que arroga a sus pies ruina sobre ruina, amontonándolas si cesar.”
[1]

La historia es como el ángel que permanentemente regresa a ver lo que el tiempo ha dejado a su paso, es como el registro del devenir de un mundo que constantemente está en movimiento, mutando sin parar, un mundo que se inventa y se reinventa continuamente en cada una de las prácticas sociales, no obstante, la historia no es un compendio de acontecimientos felices y banales, al contrario se trata más bien de un cúmulo de destellos que irrumpen en la cotidianidad, momentos o períodos extraordinarios que son incompatibles e indiferentes con lo habitual, instantes que son tan grandes por la importancia que tuvieron en ese pasado y que de algún modo trascienden y son condicionantes inevitables del presente, es entonces a esos destellos y ese cataclismo ensordecedor a los que el ángel regresa a ver para archivarlos en su memoria.

Empero, la catarsis que el ángel observa de manera desesperada y con cierta impotencia es la maquinaria devastadora del progreso, maquinaria que sin piedad alguna se instauró en la historia para acabar con cuanto recurso humano y natural se ponga por delante de ella. Es decir, el progreso no sólo es presenciado por la historia, sino que también vino a quedarse para formar parte de la historia, a lo que yo diría: el ángel fue absuelto por el progreso que destruye.


Además del enfoque de la historia que nos muestra Echeverría, Michel Lowy piensa sobre América Latina y lo hace también desde la perspectiva del mismo Walter Benjamín, este brasileño interpreta la necesidad de presentar una historia del lado de los vencidos, una historia alternativa, y si se quiere, contestataria, opuesta a la concepción lineal del progreso, a esa absurda forma de presentar la realidad como meros hechos secuenciales sin forma y fondo y sin resquebrajamientos como si la cara del progreso fuese lo suficientemente plausible para asumirla como tal, a esta cara reprochable es la que Benjamín denomina: histiorografía. De ahí que:

[…] Para este tipo de historiografía, la historia es un gran cortejo triunfal, del cual participan los vencedores de ayer, y el cual “avanza por encima de aquellos que hoy yacen en el suelo” (tesis VII) el botín en este cortejo son los llamados “bienes culturales”. No hay que olvidar, subraya Benjamín, el origen de estos bienes: “Cada documento de cultura es al mismo tiempo un documento de barbarie” […]
[2]

Por lo tanto, bajo esta premisa se puede entender como la falsa historia nos presenta y sobre todo nos niega el horror con el que el progreso obró en el pasado, pues poco se conoce de los signos, rasgos, monumentos, etc., de la historia de los vencidos pueblos aborígenes de América, lo más que se tiene como recuerdo es la implantación y el levantamiento de la nueva cultura del progreso, la occidental; a modo de ejemplo, no sabemos que hay detrás de la construcción de muchas de las grandes iglesias españolas como seña de dominación y barbarie, no conocemos cuantos actos de horror y esclavitud esconden en sus procesos colonizadores; se pretende tapar la realidad a través de una narración hedonista que enseñe la “maravilla” de la modernidad.

En consecuencia, se puede determinar que las tesis sobre la historia de este filosofo (defensor del materialismo histórico que terminó por suicidarse en el año de 1940) aún tienen relevancia, y lo tendrían por mucho tiempo porque es una teoría que está enmarcada dentro de la lógica de los procesos sociales y también porque está encasillada dentro de ese devenir histórico forjado por la persistente lucha de clases, lucha de la cual surge la dinámica misma de la historia, además de que propone una lectura del pasado desde lo no contada, desde el lugar al que se le ha negado la palabra por el sometimiento horrendo al que sido relegado su existencia.




[1] Bolívar Echeverría (compilador) “LA MIRADA DEL ÁNGEL. En torno al concepto de las Tesis sobre la historia de Walter Benjamín”. UNAM. México. Pg. 23.

[2] Ibíd. Pg. 36

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